Los niños se comen hasta el último granito de arroz que hay en el plato. (Foto: : Gonzalo Bocanegra)
Carolina Sánchez P.
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Desesperados. Miembros de la iglesia Shalom, en Curundú, están molestos porque el local que tenían para vender productos secos, cuyas ganancias sustentaban el comedor, fue demolido sin recibir explicación.
Se trata de un establecimiento cuyo uso les autorizó hace dos años la junta comunal, pero la semana pasada se enteraron de que se lo habían otorgado a otra persona para venta de comida. El pastor Roberto Batista, con documentos en mano, demostraba ayer que tenían los permisos en regla.
POR LOS NIñOS
El pastor, quien se encarga de buscar las donaciones, dijo que esta situación pone en peligro al comedor, puesto que todos los días reparten comida para 70 niños de la comunidad. "En este lugar existen muchas familias que no están muy bien económicamente y los niños tienen la oportunidad de desayunar y almorzar en el comedor", contó.
Ayer, a la hora del almuerzo, la lista de asistencia era de 74 pequeños, aunque hay días que suman hasta 84. Son del área de Transportes y Talleres.
El pequeño comedor es de madera, zinc y tiene cinco años de estar funcionando. Allí también se realizan actividades culturales para los menores. Entre los proyectos está construir la iglesia de bloque.
CONTRADICCION
Por su parte, el representante Senén Mosquera comunicó que hace dos años cedió a la iglesia el local a manera de alquiler, para que instalaran una tienda, pero no han hecho nada, por lo que decidió dárselo a otra persona.
FAENA DIARIA
Desde temprano, las señoras Oraida Doviazada y Profeta Díaz son las encargadas de preparar los alimentos, pero ahora temen que no puedan darles alimentos a los niños del área.
APOYO
El comedor recibe ayuda de personas que se solidarizan con los niños. La comida favorita es arroz y salchicas guisadas.