Son las 8:00 a.m. cuando don Martín, empujando su carrito, pregona "helado, helado", y automáticamente las personas salen y hacen pequeñas filas para degustar las exquisiteces que vende.
Desde hace cinco años, Martín Torres vende ricos helados en los alrededores del Hospital Santo Tomás. Entre sus clientes están pacientes, familiares, enfermeras, médicos y hasta empresarios que se acercan al humilde caballero para comprar sus delicias.
MUY LABORIOSO
La faena de Martín es muy dura pues, además de vender helados, trabaja como seguridad en las noches. Asegura que actualmente la situación está muy dura y las personas se ven obligadas a buscar otras opciones de trabajo para poder tener un poco más de comodidades.
Desde temprano llega al nosocomio, termina a eso de las 2:00 p.m., se marcha a su casa en Calidonia y duerme cerca de tres horas. De ahí va a su otro trabajo.
ENCONTRO EL AMOR
Para el asombro de muchos, este señor, a sus 52 años, no tiene hijos. Asegura que por mucho tiempo se la pasó solo, trabajando muchísimo, pero hace dos años conoció a una compañera con la cual se siente a gusto.
Los domingos son días sagrados para este hombre, no es para menos. Una larga jornada diaria merece ser recompensada con un descanso, ese es su único día libre.
COLGAR LOS GUANTES
Debido al poco tiempo que tiene para dormir, este señor está pensando dejar su trabajo como seguridad; si bien es cierto le genera más ingresos, hace sus días más pesados.
MENSAJE
"Hay trabajo, pero hay que buscarlo", fueron las sabias palabras de don Martín para los jóvenes.
Agregó que los adolescentes deben entender que a veces es necesario buscar las oportunidades y no quedarse esperando a que les lleguen.
IMPORTANTE
Martín trabaja de lunes a sábado. Los helados cuestan 0.50.