Un paraíso en una selva de cemento. Con la construcción de enormes edificios dentro del corregimiento de Bella Vista, el parque Urracá, se ha convertido en el lugar preferido de muchos panameños.

Pequeño en tamaño, pero grande en todos los beneficios que ofrece a los que allí se refugian todos los días en busca de un poco de paz y tranquilidad.

Y es que sus 37 frondosos árboles, una que otra palmera y sus plantas decorativas ofrecen sombra y agradable brisa en medio de tanto concreto.

Personas almorzando, leyendo, conversando o tomando una siesta a la sombra de un árbol es el panorama que se observa todos los días en este emblemático parque, que lleva el nombre de uno de los indígenas más bravos que ha tenido Panamá.

También se observan niños solos o acompañados de sus padres jugando alegremente en los sube y baja, resbaladeras y los columpios que tiene el parque.

Con su poca vegetación lucha contra el asedio de las grandes construcciones que le están tapando la entrada de los rayos solares.

TRANQUILO

Las personas explicaron a DIAaDIA que en el parque encuentran paz y tranquilidad en medio de tanto bullicio.