"Me quedo aquí, en Argentina", dijo Diego Maradona, el ídolo futbolístico de los argentinos, para poner punto final a las discusiones sobre su traslado a otro país para continuar un tratamiento contra las adicciones, a casi un mes de haber sido ingresado en un neuropsiquiátrico, señalaron ayer allegados a la familia.
La breve frase que pronunció en diálogo con médicos y familiares, apuntó a terminar con las conversaciones para que acepte una propuesta de seguir en Brasil la segunda fase del tratamiento, como se estuvo barajando en los últimos días.
"Yo me quedo aquí", respondió, pero volvió a aclarar, una vez más, que sólo aceptaría ir a Cuba, donde residía desde que sufrió su primera crisis de salud en enero de 2000.
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