A veces, uno se queja porque se tiene que levantar temprano o porque no pudo ir a la playa el domingo. Pero siempre hay personas que ni se preocupan por eso, pues la labor los llama.
Tal es el caso de Miguel Ángel Rodríguez, quien trabaja en un puesto de venta en el Mercadito Libre de Río Abajo.
UNA TAREA COTIDIANA
El trabajo de Miguel es de domingo a domingo, de 5: 30p.m. a 11: 00p.m.
La jornada comienza con la llegada del acarreo, procedente del Mercado de Abastos. Al llegar los sacos, hay que acomodar la mercancía y tenerla lista a las seis, porque a esa hora empiezan a llegar los primeros clientes.
Este local tiene muchos años y ha crecido con el tiempo. Miguel Ángel es uno de los encargados, y de las ventas depende su sustento, con el que mantiene a sus dos hijos.
Entre frutas, legumbres y verduras, Miguel asegura que para atender a la gente lo único que se necesita es paciencia, buen trato y amabilidad.
LA REGLA DEL REGATEO
Uno de los secretitos de venta que confesó este joven es el del regateo. Dijo que a veces se puede, pero todo depende del precio con que se obtenga el producto.
SECRETO
Una cosa que no puede faltar en la atención al cliente es una buena sonrisa, dijo Miguel.
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