HEURISTICO
Un testimonio

David Robinson | DIAaDIA

"Amigo, seamos la vitamina C de nuestro mundo."Niccia Pérez

Los hechos son: La vitamina C tiene la propiedad de acelerar la recuperación de la salud. En diciembre de 1989, la ciudad de Panamá fue saqueada por sus propios ciudadanos; hubo un comercio asaltado en todas sus instalaciones, ni la alfombra de la gerencia se salvó, sólo la pequeña biblioteca personal del gerente general permaneció intacta. Diez meses más tarde, en octubre de 1990, culminó un seminario taller en creación literaria y nacieron nuevas generaciones de escritores panameños. La pregunta, ¿qué ocurrió en la ciudad de Panamá para que se pudiera pasar de un saqueo que únicamente perdonó a las librerías, a la promoción de talleres literarios y su subsecuente dotación de literatos? Pienso que afloró la vitamina C que corre por las venas de los panameños.

Pienso que el acontecer socio-político posterior a la firma de los Tratados Torrijos-Carter que concluye con La Invasión, pudo buscar desaparecer del alma istmeña aquella espontaneidad valiente y romántica del 9 de enero de 1964, esa donde gente sin logística ni mayores pertrechos que las piedras y el pecho se enfrentaron al Ejército de Estados Unidos de América. Se puede pensar que sí se logró tal propósito. Basta ver las fotos de los jóvenes eneristas lanzándose con banderas contra la cerca de la Zona del Canal, y compararlas con las imágenes desesperadas de cientos de vitrinas rotas y asaltadas durante el saqueo decembrino. Sin embargo, siento que aún hay sitio para la valentía y el romance, y que, precisamente, la cultura panameña ha estado resistiendo su total eliminación.

Una vez escuché la palabra Patriamenta. A mí, tal expresión, me suena a aliento refrescado por la menta de la patria, me regresa a la rápida reconstrucción de la ciudad de Panamá, y no solo fueron las vitrinas las reparadas, también la convivencia entre panameños. Y es que ese es mi testimonio: vi cómo pasamos de una ciudad saqueada, a una ciudad con gente reconstruyendo un país. La cultura panameña puso su cuota de pastillas de patria y menta en dicha ventura. La cultura panameña fue la oportuna dosis de vitamina C que le regresó la salud a nuestra nación.

Ciudad de Panamá 
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