¡Después que sirva, yo lo vendo! Ese es el lema que pregona a los cuatro vientos Melanio Ramos González, un humilde micro-empresario que se dedica a la venta de cualquier objeto, que como él mismo dice: "Siempre que tenga una utilidad y la gente lo quiera, yo lo ofrezco en mi negocio".
A los ocho años de edad, llegó desde Las Minas de Herrera a vivir a la capital, y desde temprano, comenta Melanio, supo que la vida era dura, pero que había que enfrentarla, por eso se preparó en sus estudios y se dedicó a las ventas. Sus estudios le ayudaron a especializarse en la venta de equipo fotográfico y electrónico, oficio que durante 28 años le sirvió para mantener a su familia.
Debido a la mala situación económica a raíz de la invasión, fue despedido de la empresa donde laboraba, razón por la cual decidió emprender su propio negocio desde hace más de 14 años, y con la gracia de Dios tiene su pequeño puesto de venta en el Mercado Artesanal detrás del Museo Reina Torres de Araúz.
Como consecuencia de la mala situación que enfrenta el país, Melanio ha tenido que variar la mercancía que ofrece, tanto así, que desde hace algún tiempo comenzó la construcción de jaulas para pájaros, las cuales han tenido muy buena acogida por parte de sus clientes.
"Gracias a Dios, aprendí a armar jaulas. Puedo decir que en este momento este oficio me cae de a pelo", acotó Ramos mientras doblaba un alambre de una jaula casi terminada.
Su mayor logro, asegura Melanio, es ver actualmente como profesionales a sus hijos, ya que no fue cosa fácil tratar de trabajar, educar y mantener a su familia, pero hoy agradece que sus tres hijos supieron valorar su esfuerzo, tanto así que diplomas universitarios de un Licenciado en Derecho, Ingeniero Civil y una Doctora, reposan orgullosamente en su casa.
DIA A DíA
Todos los días, "llueve, truene o relampaguee", abre su local B-31 "Nuevo Rabbí", ubicado en el Mercadito.
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