HISTORIAS
Dador alegre

Redacción | DIAaDIA

En una ocasión fui a colaborar en un proyecto de la universidad, que consistía en ayudar a mejorar una comunidad pobre. Cuando llegamos al lugar, íbamos con el firme propósito de dejar ahí algunas cosas y de ayudarles a mejorar su mentalidad.

Fue curioso cómo todos los niños nos seguían con gran entusiasmo y hasta nos confundían con sacerdotes o misioneros. "Misionero, cárgame", "misionero, regálame tu reloj", "misionero, dame tu playera" y un sinfín de peticiones; había un niño, quien se llamaba Robertito, que tenía una especial fijación para un grupo de nosotros y nos seguía para todos lados; para el segundo día, nos tenía ya hartos de tantas peticiones que nos hacía. En la tarde, dejamos a la gente para poder comer y asearnos un poco, y les dijimos que los veríamos a las 5 de la tarde. Robertito no tardó en llegar a las 5, sino que estuvo ahí a las 4:45 de la tarde, mientras que estábamos comiendo el postre y un amigo mío estaba comiendo unas papas; y comenzó Robertito: "misionero, dame papas", "ándale misionero, dame tus papas"... repetía una y otra vez, hasta que mi amigo, ya molesto, se las dio.

Inmediatamente, Robertito las tomó y no se daba la vuelta para empezar a comer, cuando los demás niños ya lo habían rodeado para pedirle papas. Personalmente, creí que Robertito iba a salir corriendo y no le iba a dar a nadie.

¡Qué equivocado estaba! Empezó a dar las papas a todos. Robertito los formó y entregó todas las papas a los demás niños.

Ciudad de Panamá 
Copyright © 1995-2007 DIAaDIA-EPASA. Todos los Derechos Reservados