Oneina de 23 años es oriunda de Las Minas de Ocú y llegó a Aguadulce con su esposo y tres hijos. Como todas las personas de la campiña llegaron con el deseo de vivir mejor, pero la situación económica en la que se encuentran no les permite cumplir sus sueños.

El esposo de Oneina trabaja en el campo, siendo este el único que lleva el sustento a su casa.

Con ayuda de vecinos y el alcalde de Aguadulce Alonso Nieto, lograron el lugar en donde se encuentran actualmente viviendo; el terreno era de un señor que falleció, este antiguo propietario del lote, le cedió un pedazo para que construyeran su casa.

La segunda de sus hijas María Milagros, tiene cuatro años y padece de microcefalia, lo que le ha afectado para hablar y caminar.

Mila como le dice su madre, aparenta ser una niña de tres años y su madre tiene que estar pendiente de ella, porque constantemente convulsiona por lo que la tienen que llevar al hospital.

Por otra parte, los vecinos son quienes los ayudan con los pañales desechables y la comida cuando no les alcanza el dinero.

La humilde casa tiene un cuarto y sólo cuentan con agua potable, sin luz eléctrica, por lo que se alumbran con guaricha.

Dentro de la casa sólo hay dos camas que no están en buenas condiciones.

El sueño de Oneina, es recibir ayuda y así mejorar sus vidas, ya que la pobreza en la que viven no se los permite.