Luego de pasar todas las semanas lamentándose, Carmencita se dijo en un momento de soledad que podría fin su rosario de quejas. ¿Por qué? Ella simplemente respondió: Decidí entonces que voy a cambiar algunos detalles para ser cada nuevo día, un poquito más feliz.
Para comenzar, no voy a mirar atrás. Lo que pasó pasó, si erré, ahora no voy a corregirlo. Aprenderé de mis errores.
No pienses que voy a desistir de mis sueños. A partir del próximo amanecer, voy a luchar, pero va a ser diferente.
Nunca más daré mucha importancia a los problemas que aún no conseguí resolver.
A partir del próximo amanecer voy a agradecer a Dios por todos los días, por darme fuerza para vivir, a pesar de mis problemas.
Mis amigos nunca más precisarán darme un hombro para llorar. Voy a aprovechar la presencia de ellos para sonreir, cantar, para repartir felicidad.
A partir del próximo amanecer voy a ser yo mismo. Nunca más voy a tratar de ser un modelo de perfección.
A partir del próximo amanecer voy a vivir mi vida sin miedo a ser feliz. Voy a continuar esperando.
No, no voy a olvidar a nadie. Con certeza, te voy a dar "aquel" abrazo bien apretado, y con toda sinceridad te diré: te quiero.