Cuando uno es líder, jefe o quien lleva la rienda de algo, siempre anhela que los demás hagan caso, pero ¿cuando uno es discípulo atiende a los llamados de su líder?
Hace un tiempo comentaba esto con alguien, tenía dudas y no quería consultárselo a mi líder. No era por nada malo, pero sentía que no había motivos para ponerlo al tanto de algo que para mí era una tontería...
Ese alguien me dijo: "Ken, siembra hoy lo que quieres cosechar en el mañana...".
Hoy por hoy soy líder de un grupo de jóvenes que aún no conozco, y mi mayor anhelo es que me tengan total y plena confianza. Anhelo que sean como mis ovejas. Para explicar mejor esto, les diré las seis características principales de una oveja, cualidades que todo buen discípulo debe tener:
1). Una oveja conoce a su pastor.
2). Reconoce su voz.
3). Le oye cuando le llama.
4). Le ama.
5). Confía en él ciegamente.
6). Le sigue y le obedece sin cuestionar.
Mientras escribía esto me cuestionaba si realmente soy o no un buen discípulo. Ahora comprendo, que para ser un buen pastor, primero debemos ser unas buenas ovejas.
Dedico esta columna a todos mis discípulos Guerreros Esforzados y Valientes. Ustedes son bienaventurados en tener dos líderes que aún sin conocerlos ya les amamos y daríamos lo que fuera para que juntos seamos ovejas ejemplares.