
Esta es la fonda en la que Julián falleció. No llegó a entrar, pues cayó en la parte exterior.
Foto: EVERGTON LEMON
Esta es la fonda en la que Julián falleció. No llegó a entrar, pues cayó en la parte exterior.
Foto: EVERGTON LEMON
Esta es la fonda en la que Julián falleció. No llegó a entrar, pues cayó en la parte exterior.
Foto: EVERGTON LEMON
Compañero de trabajo de Díaz.
Esta es la fonda en la que Julián falleció. No llegó a entrar, pues cayó en la parte exterior.
Foto: EVERGTON LEMON
Compañero de trabajo de Díaz.
Esta es la fonda en la que Julián falleció. No llegó a entrar, pues cayó en la parte exterior.
Foto: EVERGTON LEMON
Compañero de trabajo de Díaz.
Esta es la fonda en la que Julián falleció. No llegó a entrar, pues cayó en la parte exterior.
Foto: EVERGTON LEMON
Compañero de trabajo de Díaz.
Esta es la fonda en la que Julián falleció. No llegó a entrar, pues cayó en la parte exterior.
Foto: EVERGTON LEMON
Compañero de trabajo de Díaz.
Según un compañero de trabajo de Díaz, él estaba bajo los efectos del alcohol cuando llegó al local conocido como El Rincón Interiorano; allí comenzó a sentirse mal y se compró una soda; luego cruzó hacia el local denominado La Fonda Caliente, pero en la entrada se resbaló, se golpeó en la cabeza y le dio una especie de infarto, perdiendo la vida instantáneamente ante la mirada atónita de los transeúntes.
Muy trabajador
Díaz tenía dos hijos adultos. Oriundo de Río Congo, en La Chorrera, vivía desde hace cinco años en el área de Don Bosco, en una casa en donde ofrecía los servicios de seguridad. Casi nadie en la comunidad conocía sobre su vida privada; sabían su nombre, pero desconocían su apellido; siempre estaba solo. También laboraba como albañil.
Las personas que llegaron al sitio y que lo conocen afirman que sus trabajos eran muy buenos. En las semanas laboraba en la remodelación de un vivienda y los fines de semana hacía sus camarones en otras casas.