El alero LeBron James, que llegó a su primera final de la NBA como la estrella que buscaba la consagración, se ha encontrado después del primer partido con que ha generado muchas interrogantes sobre su madurez como profesional y líder.

James, de 22 años, es consciente de lo mal que jugó durante el primer partido de la final que su equipo perdió por 85-76 frente a los Spurs de San Antonio.

La estrella de los Cavaliers sabe que si vuelve a tener un bajo rendimiento individual, al margen de cual sea el resultado final del partido, su figura será cuestionada mucho más.

"Lo único que tengo que hacer es tomarme las cosas con tranquilidad, utilizar la cabeza y todo va a ser diferente", comentó James en la jornada de descanso que los Cavaliers disfrutaron el sábado.

James reconoció que la diferencia respecto a lo que sucedió ante los Pistons de Detroit en las finales de la Conferencia Este ha sido la defensa de los Spurs y especialmente su marcador individual, el alero Bruce Bowen.