Carmen Lucía Hernández. (Foto: Carlos McNulty / EPASA)
Kathyria Caicedo
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Nadie dijo que la vida fuera fácil, pero a veces es más dura para unos que para otros. Carmen Lucía Hernández todos los días supera las pruebas que se le presentan.
Ella padece de osteogénesis imperfecta, enfermedad conocida como huesos de cristal, debido a que por falta de colágeno se quiebran con facilidad. Carmen fue la única que desarrolló la enfermedad y tiene seis hermanos.
A SU MADRE CON CARIñO
Todo se lo debe a su madre, por eso hoy en día se dedica a esa mujer que se sacrificó por ella. Cuenta Carmen que su mamá pasó mucho trabajo para criar a todos sus hermanos y cuidarla a ella. Ambas viven juntas, en un campo en Santiago, de Veraguas. "Mi mamá está enferma", dijo.
NO ESTA DE BRAZOS CRUZADOS
Con su discapacidad, Carmen ha sabido salir adelante y echar pa'lante, así mismo dice, con un jondiadito muy peculiar, aunque era fácil extraer de su voz un tono de felicidad.
Carmen Lucía no pudo ir a la escuela debido a su enfermedad, sin embargo, le agradece a Dios que en el hospital una maestra le enseñó a leer y a escribir, por eso siempre pone de su parte, aseguró.
Ella tiene su empresa. Como no puede movilizarse con facilidad por su silla de ruedas, aprovecha la lejanía de la urbe y vende minutos. Dice que no le quedó de otra, porque trasladarse es muy caro, un taxi le puede llegar a costarle entre 3.50 a 4.00 balboas, de ida y vuelta. La parada más cercana le queda a media hora de su casa.
"Me siento muy contenta, he pasado muchas calamidades, pobreza, pero aquí estoy echando pa' lante", concluyó Carmen.
PRIMERA VEZ
Según le contó su madre, la primera factura que desarrolló fue a los tres meses de nacida.