Querida Moza, ¿cómo está? He decidido escribirle para que me ayude con un mal que está destrozando a mi familia.

Soy Juana, una mujer que con los golpes de la vida ha aprendido a ser fuerte y a salir adelante. De eso estoy muy orgullosa, ya que me respetan mucho.

En mi pasado fui una mujer problemática, viciosa y hasta quitamarido. De eso ya ni me acuerdo y no quiero volver a ser así.

Lo que me está pasando es que tengo dos hijas muy bonitas, a quienes les doy todo lo que ellas quieren.

Pero por ser tan benévola con ellas es que están abusando de mi confianza. El padre de ellas no vive con nosotras, pero es un buen papá, ya que nunca ha faltado su apoyo en la casa.

Lo que me sucede con mis niñas es que no hacen caso y quieren andar con dos o tres chicos a la vez, y eso no me gusta porque su reputación está en juego.

También lo que me tiene asustada es que ellas están tomando pastillas anticonceptivas. Moza, yo les pregunté y no me dicen nada, sólo me gritan y me dicen palabras muy feas. Esto no se lo puedo contar a su padre, porque temo que la situación se ponga fea.
Juana

ESTIMADA LECTORA

Gracias por confiar en mis consejos que son dados de corazón. Aquí se nota que en estos momentos no hay comunicación en tu casa y es lo primero que hay que resolver.

No me dices cuántos años tienen tus hijas, pero no importa la edad que tengan, ya que nunca es tarde para solucionar y encarrilarlas. Lo importante aquí es que te hagas amiga de ellas y comiences a involucrarte en sus asuntos, claro debes respetar su espacio. Eso se logra al ser sincera con ellas, así verán que, más que su madre, eres su amiga y que pueden confiar en ti. Luego de ese proceso, que será largo, ya será más fácil aconsejarlas.

Ellas necesitan de tu ayuda y es hora de que actúes en eso.

No agarres este problema para formar pelea, no, esto se resuelve hablando. No te desesperes y toma las cosas con calma que para todo hay solución, menos para la muerte.