La falta de experiencia es el principal obstáculo que tiene un joven para entrar al mercado laboral. La mejor manera de contrarrestarla es demostrar que se tiene muchas ganas de aprender.
Cuando un joven manifiesta que está dispuesto a dejarse guiar, refleja que puede evolucionar con rapidez y se convertirá en un real colaborador en su puesto.
No se deben dejar llevar por los temores, hay que afrontar el reto e identificar cuáles son las aptitudes que se posee y las deficiencias.
Cuando se tiene claro las fortalezas y debilidades, se puede trabajar en función al mejoramiento de ellas.
Es más valioso la disposición a querer aprender, que la experiencia reacia a los cambios.