Soy Jesús. Espera, no me dejes de leer. Te pido que esta vez no cierres la puerta y me dejes hablarte. No me des la espalda, por favor. Necesito hablar contigo, nada más charlar un poco, no deseo hablar de tus pecados ni de tus defectos ni para sermonearte o hacerte sentir culpable. Sólo quiero decirte lo mucho que te quiero y que lo sepas de verdad; quiero hacerte ver que en realidad no estás solo, no me gusta verte triste ni enfadado con la vida.

Sabes, te conozco como la palma de mi mano. Sé muy bien lo que pretendes ocultar a los demás y lo que ni tú mismo quieres reconocer. Conozco tus pesares y sufrimientos, tus preocupaciones, tus aspiraciones y los sueños más íntimos.

En algunas ocasiones te preguntas: ¿Habrá alguien que se preocupe por mí? Te preguntas si es que existo, ¿verdad?, comprendo tu batalla interior. Sé que a veces aún cuando te esfuerzas al máximo, las cosas no salen como deseas. .. te voy a responder algo....

Siempre estaré aquí cuando me necesites, atento a cualquier señal tuya, no tengas miedo ni pena, no te sientas con poca dignidad para decírmelo. Recuerda que estoy ansioso por estar en tu corazón y no importa si a veces me olvidas, porque yo TE AMO así como eres.

No te olvides que estoy aquí, a tu lado, no en un cielo lejano.

Bueno, te dejo continuar con tu día.. nada más no te olvides que hay algo importante que te vine a decir hoy: AMA.

Tu amigo que te quiere y se preocupa por ti: Dios.