Ganar es la consigna.
Boca Juniors buscará hoy a toda costa un resultado positivo en casa frente al Gremio brasileño en el partido de ida de la final de la Copa Libertadores, para prevenirse de una tendencia que padecen ambos equipos: sus notables debilidades como visitantes.
Fuera de "La Bombonera", escenario del primer capítulo de esta final, Boca sólo obtuvo en esta competición cuatro de 18 puntos posibles (cuatro derrotas), y lejos de Porto Alegre, el Gremio ha conseguido tres (cinco partidos perdidos).
La curiosa similitud en el rendimiento de los finalistas no deja lugar a dudas de que cualquier otro resultado que no sea una victoria pondrá a los boquenses en una situación delicada, razón por la cual su entrenador, Miguel Russo, ha dicho que "no hay margen para el error".
Tanto Boca Juniors como Gremio reservaron el fin de semana pasado a sus mejores jugadores en las Ligas de su país: el conjunto argentino quedó al margen de la lucha por el título del torneo Clausura que se adjudicó San Lorenzo pese a vencer 1-0 al Belgrano, y el "gaucho" fue goleado 4-0 por el Vasco Da Gama.
Boca Juniors tiene el equipo confirmado con la alineación asegurada de su "cerebro" creativo, Juan Román Riquelme, recuperado de un estado gripal que le impidió entrenarse en los últimos días; en cambio, el Gremio ha llegado a Buenos Aires con dudas en la formación de su bloque ofensivo.
La recuperación de una lesión muscular del ariete Tuta devuelve la tranquilidad al entrenador Luiz Antonio Venker Menezes, "Mano Menezes", pero le plantea nuevas dudas, pues el goleador ha perdido ritmo y las tres opciones en el banco no atienden plenamente la urgencia.
REGLAMENTO
La Confederación Sudamericana de Fútbol recordó que en la final de la Copa Libertadores dejan de tener doble valor los goles marcados fuera de casa.
|