Este juego echará candela. Visto el magnífico espectáculo y el gran resultado logrado ante Italia, Marco van Basten repetirá hoy el mismo equipo frente a Francia para buscar su pase a los cuartos de final, mientras que Raymond Domenech busca la reacción de los bleus, cambiará de sistema y pondrá al barcelonista Thierry Henry en punta.
La única novedad que Holanda podría presentar es el retorno de Arjen Robben, que parece totalmente recuperado del problema muscular sufrido en la víspera del encuentro ante Italia.
El delantero del Real Madrid ha podido participar en el entrenamiento que el equipo de Van Basten ha realizado en el Estadio Olímpico de la Pontoise, en Lausana, aunque no ha figurado entre los hipotéticos titulares en el partidillo final que se ha jugado.
En un principio, los servicios médicos de la selección holandesa determinaron que el extremo debería estar entre 7 y 10 días de baja, pero está a disposición de Van Basten. Todo apunta, sin embargo, que no estará entre los once elegidos.
Y es que los holandeses jugaron ante Italia uno de sus mejores partidos en los últimos años. Por eso, encontrada la clave secreta para que el equipo funcione, Van Basten difícilmente va a cambiar de idea y seguirá la premisa: "Si algo funciona, no lo toques".
Tal vez, pueda volver a situar a Andre Ooijer como lateral, en lugar de como central, pero poca cosa más. Pondrá a Orlando Engelaar, una de las sensaciones de la primera jornada, junto a Nigel de Jong en el doble pivote por detrás de Rafael van der Vaart y Welesy Sneijder. El protagonismo en la delantera es exclusivo para Ruud van Nistelrooy.