Una terrible inundación sorprendió al pueblo natal de Pedro, un granjero muy religioso. Cuando el agua empezó a subir, Pedro se subió al techo de su casa y empezó a rezar para que Dios le rescatara.
A los pocos minutos aparece un bote salvavidas con dos hombres que tratan de convencer a Pedro para que se suba. Pedro les contesta, 'no se preocupen, Dios me va a salvar.' Luego de insistir varias veces, los hombres se marchan.
"A las pocas horas, con el agua ya por las rodillas, un helicóptero llega al rescate de Pedro. Pero una vez más Pedro les contesta, "no se preocupen, Dios me va a salvar".
Y por más que los hombres del helicóptero intentan salvar a Pedro, este se resistía. Finalmente, los tripulantes del helicóptero desisten y se marchan a rescatar a otra gente.
En menos de 40 minutos Pedro se ahoga. Como Pedro es un buen hombre, va al cielo. Cuando ve a Dios, Pedro le dice: "Señor, tuve fe en ti, siempre fui un hombre bueno, pero te rogué para que me salvaras y dejaste que me ahogara, ¿por qué?". "Pero Pedro", dice Dios, "te envié un bote y un helicóptero para salvarte, pero tú los rechazaste".