Los niños pequeños no se dan cuenta de la gravedad de las cosas, y como no controlan sus acciones, pueden darle muchos dolores de cabeza. Para evitar eso, planee algunas estrategias, a fin de que su casa no se convierta en un campo de batalla.
El recibidor: Este espacio no debe ser recargado ni lleno de cosas para que los chicos puedan moverse con facilidad.
No deje de tapizar los sillones con telas sintéticas o géneros con procesos antimanchas, le ahorrarán una buena cantidad de dolores de cabeza innecesarios, más si son negros.
Las fundas también son excelentes, se pueden lavar fácilmente.
Procure que los muebles no tengan ángulos agudos. Use protectores plásticos para las esquinas, así los niños no se lastiman correteando por ahí.
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