Tiene 54 años, y su discapacidad no ha sido impedimento para triunfar. Cándido Castillo trabaja reparando espejos de autos en la calle 14 Pueblo Nuevo, al lado de la Iglesia María Auxiliadora.

Cuenta Cándido: "Aprendí el oficio en la compañía Escovisa, donde trabajé durante catorce años. Lástima que quebró y me quedé sin trabajo, pero como aprendí el oficio mientras laboraba en dicha empresa, puse este pequeño taller, con el que me he mantenido desde que me quedé sin trabajo".

Además de hacer espejos, Cándido sabe armar ventanas y puertas de oficina, entre otros trabajos que se hacen con espejos o vidrios.

REALIZA SU TRABAJO DE LA SIGUIENTE FORMA:

Primero necesita sus herramientas, que son destornilladores, cortador de vidrio y kerosene. Cada vez que va a hacer un espejo, elabora moldes con cartón para cortar el vidrio exactamente del tamaño que necesita.

El kerosene lo utiliza para impregnar los espejos, a fin de que éstos no se rompan por cualquier parte.

Luego monta el molde y, con el cortador, le da la forma del molde y listo. Posteriormente, lija los bordes para evitar cortarse a la hora de montar el espejo en su marco.

El lugar de trabajo de Cándido es una casita de madera, donde también reside, por lo que pide a las autoridades y a la Primera Dama que le den la mano, porque desea que le construyan el lugar de bloques, ya que allí los ladrones a cada rato le sustraen espejos que son ajenos y ya está cansado, pues por su discapacidad no puede ni defender lo poco que tiene.

En caso de necesitar los servicios de Cándido, lo puede llamar al celular: 67192935.

COSTOS

Los espejos chicos cuestan B/.5.00 y los grandes de camiones B/. 8.00.