Franklin Flores lleva tres años consecutivos de estar arreglando el anda de San Antonio, en la ciudad de Aguadulce, para la procesión que se realizó en su honor ayer 13 de junio.
Al Santo del amor, de los panaderos y casos difíciles, lo veneran cientos de personas que caminan su procesión, pagando las mandas ofrecidas a él por los favores que han cumplido, en donde algunos salen con sus vestimentas de color chocolate, similar a la imagen.
"Si uno le pide con fe, te responderá", explicó Franklin, ya que muchas personas del lugar le solicitan que encuentre las cosas perdidas y aparecen, mientras que los jóvenes le piden pareja y la consiguen.
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