La diablada en Garachiné
La diablada completa junto al Santísimo, dentro de la Iglesia de la Virgen de la Merced.

Ariosto Velásquez | DIAaDIA

Lejano, pero hermoso. Así es Darién, un lugar en el que de cada esquina brota una tradición, una leyenda o un mito.

Recientemente, visitamos el corregimiento de Garachiné, en donde por generaciones se ha realizado la fiesta religiosa del Corpus Christi, en la que pudimos participar.

El Corpus es una celebración católica nacida en la época medieval, instaurada por los españoles para evangelizar a la población indígena de América en la fe católica, mediante figuras teatrales de ángeles y demonios que luchan por las almas del mundo.

¿COMO LLEGó A GARACHINE?

Según cuenta Felipe Córdoba Jr., el más antiguo bailarín del Corpus Christi y que este año desempeñó el papel del Diablo Mayor, la Danza llegó a Garachiné procedente de la isla de San Miguel.

Por lo menos así se lo narró su padre, Felipe Córdoba (ya fallecido), quien fue bailarín y músico de la danza toda su vida.

DESARROLLO DE LA DANZA

La danza de Corpus Christi debe sumar 24 diablos. Este ritual se inicia desde las 5: 00 de la mañana, cuando repican las campanas de la iglesia de La Merced, patrona del pueblo, en señal para que la diablada inicie su arreglo.

Unas dos horas más tarde, el Diablo Capitán inicia la búsqueda de cada uno, hasta llegar a la casa del Diablo Mayor, donde, después de un diálogo con el Capitán, se incorpora a la danza para dirigirse a la iglesia. Luego de pedir autorización al ángel y al alma, los diablos entran al templo o iglesia a rendir tributo al Santísimo.

Después de una larga ceremonia, los diablos inician el recorrido por las calles del pueblo, hasta llegado el crepúsculo, cuando se dirigen a la iglesia, a acompañar la procesión del Santísimo por las calles del lugar.

RESCATE DE LA TRADICION

Según Raúl Forde, presidente del Club Cívico de Garachineños Residentes en la Capital, el objetivo primordial del movimiento es el de incluir a los más pequeños en el desarrollo de la actividad. Dice que con esto se asegurarán de que en el futuro no se carezca de bailarines, como sucedió en años anteriores, en los que sólo llegaron a tener cinco diablos, pero aún así, salieron a las calles.

Este año, seis niños formaron parte de los 17 diablos que salieron a danzar en Garachiné. "Eso es muy bueno, porque nos indica que los niños se están interesando por la danza", destacó Forde.

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