
El parásito reside principalmente en las arterias pulmonares del huésped definitivo, manteniéndose en ellas gracias a la circulación sanguínea, también es encontrado en el ventrículo derecho del corazón. Este uno de los peligros más serios que afecta la salud de los perros y también se le conoce como la filaria canina.
La sobrevivencia de D. immitis en el perro es de 3 a 8 años. La filaria puede vivir hasta 7 años y las hembras son capaces de producir millones de gusanos jóvenes llamados mierofilaria. La mierofilaria circula en el torrente sanguíneo, pero no puede desarrollar gusanos adultos sin pasar por un huésped intermediario: el mosquito.
El ciclo de la filaria comienza cuando el mosquito pica a un perro infectado e ingesta sangre con mierofilaria. El mosquito luego sirve como lugar de mudanza para el futuro desarrollo de los parásitos. Dentro de los 10 a 15 días, la mierofilaria entra en la saliva del mosquito huésped. En esta etapa se llama "larva infecciosa" porque madurará luego que reingresa en los animales.
Cuando el mosquito pica a otro perro o gato, las larvas entran a través de la herida del pinchazo producido por el insecto. Después de 3 o 4 meses de desarrollo, migran al corazón donde se desarrollan en adultos sexualmente maduros.
Tiene una amplia distribución a nivel mundial, sobre todo en zonas tropicales y subtropicales ribereñas o con humedad constante, debido a que los climas cálidos y húmedos proporcionan las condiciones ecológicas ideales para el desarrollo del mosquito vector. Al menos 70 especies de culíclidos de los géneros Aedes, Anopheles y Culex son receptivos como hospedadores intermediarios y vectores biológicos de D. immitis, aunque la capacidad de transmitirlo solo se ha demostrados en 10 especies.
Las lesiones provocadas por D. immitis son numerosas y graves, entre ellas tenemos: hipertensión pulmonar, hipertrofia e insuficiencia cardíaca derecha, alteración del parénquima pulmonar, lesión renal, lesión hepática, otras alteraciones y síndrome de la vena cava.
El tratamiento dependerá del estado en que la enfermedad sea diagnosticada.
Recuerde que el médico veterinario es el profesional indicado para orientarlo y medicar a su mascota.