He decidido aceptar la responsabilidad de tener 6 años nuevamente. Quiero ir a comer hamburguesas y pensar que son de los manjares más caros.
Quiero navegar barquitos de papel en un estanque. Quiero pensar que los dulces son mejores que el dinero, pues se pueden comer. Quiero pintar con acuarelas.
Quiero salir cómodamente de mi casa sin preocuparme cómo luce mi cabello. Quiero tener alguien que me arregle y me planche la ropa. Quiero regresar a mi casa a una comida casera y que alguien corte mi carne. Quiero tomar largos baños y dormir 10 horas todas las noches.
Quiero recostarme a la sombra de un viejo roble y vender limonada con mis amigos en un día caluroso de verano.
Quiero abrazar a mis padres todos los días y enjugar mis lágrimas en sus hombros.
Quiero regresar a la vida que era simple. Cuando todo lo que sabía eran colores y cuentos de hadas, y eso no me molestaba, porque no sabía que no sabía.
Pero en algún lugar en mi juventud maduré y aprendí demasiado. Aprendí de armas nucleares, guerras, prejuicio, hambre y de niños abusados. Aprendí sobre las mentiras, matrimonios infelices, del sufrimiento, enfermedad, dolor y la muerte. Ahora quiero alejarme de las complejidades de la vida y excitarme nuevamente con las pequeñas. Quiero regresar a los días cuando era inocente y pensaba que todo el mundo era feliz porque yo lo era.
Todos podemos ser adultos, pero adultos de verdad. Dejemos los orgullos y aprendamos a vivir con la alegría y la confianza de los niños.
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