Los presos amotinados, en una cárcel de Sao Paulo, liberaron a los once guardianes que tenían como rehenes y terminaron una rebelión en la que al menos cinco reclusos fueron decapitados.
Todo el martes y por casi 30 horas, los cabecillas protagonizaron una película de horror al decapitar a cinco presos y exhibir sus cabezas empaladas en los muros del presidio.
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