Como terapia y una forma de ganarse la vida, Priscila Araya cultiva plantas para la venta, ya sea en ferias o en su puesto ubicado en Villa Zaíta, en Las Cumbres.
Los cuatro años que lleva en esto, los ha disfrutado a plenitud; desde que las siembra, crecen y florean, hasta que las vende. Ella sabe que hay que tenerles mucha dedicación para obtener las mejores.
Cada día introduce una nueva variedad de plantas en su negocio. "Ahora estamos trabajando con una línea importada de papos de Miami, pensamos sacarla en cinco meses al mercado, porque las personas buscan algo más y nuestra meta es trabajar con lo que el cliente le gusta", destacó Priscila.
"Estaba desempleada y necesitaba un ingreso adicional, fue allí que empecé mi aventura como una comerciante. Inicié en cero y con las uñas, y ahora tengo un vivero llamado "Alianza Divina", en Buena Vista de Colón", dijo. Esto ha permitido que le dé empleo a tres personas que las siembran y abonan.
SUS INICIOS
"Siempre me gustó ayudar al prójimo, comencé como misionera en las comunidades rurales de Coclé y esto me permitió ayudar a la gente", aseveró. Además de dedicarse al cultivo y venta de las verduras, buscaba otras formas de vivir, como sembrar plantas, "y yo seguí porque me gustó".
Su pasión son las platas exóticas y trabaja en base a eso.
SECRETO
El negocio es próspero porque una casa sin plantas, es una casa sin vida. Los precios van desde B/. 1.25 hacia arriba.
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