En medio de la incertidumbre de no saber por qué, ni quién mató a Guillermo Alfonso Ibarra Ríos, familiares y amigos lo acompañaron ayer hasta su última morada en el Campo Santo de Capira.
El jueves pasado, a Guillermo lo mataron al propinarle dos tiros afuera de El Rey de La Chorrera.
En medio de la misa, celebrada en San Isidro Labrador, irrumpió la compañera sentimental de Guillermo. Ella vestía toda de negro y un hombre la acompañaba.
Ella llevaba en cada mano una rosa blanca, que pretendía poner en el féretro, pero los familiares del difunto se lo impidieron.
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