Las adversidades no han sido obstáculos en la vida de Germán González, un hombre de 36 años, a quien la pobreza obligó a reemplazar, cuando aún era niño, los carritos y muñecos, por guantes y botas; implementos que utilizaba para trabajar. Lo que ganaba le permitió culminar el bachiller en Mecánica en el Colegio de Artes y Oficios Melchor Lasso de La Vega.

Embarazar a su novia (hoy esposa) a los 19 años de edad, lo llevó a buscar un empleo que le permitiera sostener económicamente a la nueva familia. Descargar las frutas y verduras que los carros traían desde el interior del país, y acomodar algunos puestos de venta en el Mercado de Abastos, fue a lo que se dedicó. "Trabajaba 20 horas y casi no tenía tiempo de ver a mi familia", expresó.

Pero desde hace siete años, "con la ayuda de Dios", Germán es dueño de "La Gran Feria", un establecimiento de frutas y verduras, ubicado en la entrada de Santa Librada.

EL TRABAJO LE LLAMA

Su faena diaria inicia a las tres de la madrugada y termina 18 horas después, los siete días de la semana. El cansancio del trabajo que realizó el día anterior no es impedimento para seguir, pues sabe que de no hacerlo, el pan de sus nueve hijos estaría en riesgo.

LA CALIDAD ES LO PRIMERO

Ofrecer un buen producto a sus clientes parece ser de mucha importancia para Germán, pues su primera tarea diaria es ir al Mercado de Abastos en busca de las frutas y verduras que venderá. "A esa hora están las mejores", aseveró. Eso, y el buen trato que uno de sus clientes comentó, pudo ser el motivo por el cual a nuestra llegada, en el local hubiera más de "tres gatitos".

CONSEJOS

Germán le recomienda a los jóvenes que estudien, y que "busquen de Dios".