Cuentan nuestros abuelos que cuando eran chicos por cualquier cosa se les daba un porraso, y no están locos ni son delincuentes; pero desde hace algunos años, las nuevas tendencias en educación infantil recomiendan el diálogo con el niño, sin el empleo de castigos físicos. Algunos padres; sin embargo, no renuncian a la correa ni a la bofetada para imponer la disciplina. Para otros, el diálogo es lo mejor; pero, ¿dónde están los límites entre libertad y disciplina?
¿POR QUE NO PEGARLE?
Pegarle a los niños les enseña dos lecciones muy peligrosas: que está bien pegarle a los demás y que la violencia da resultado. Si le pega al niño, destruye el amor propio de éste, daña su capacidad de aprender y sienta el precedente para el desarrollo de problemas emocionales en el futuro. Los niños aprenden a comportarse bien al imitar el buen comportamiento y respetan al ser respetados.
CONSEJOS:
El castigo debe ocurrir en el momento en que ocurre el mal comportamiento. El niño debe entender que es como resultado de su comportamiento, y no producto del enojo de sus padres. El castigo debe ser consistente y tener sentido, no deberá ser más severo que el mal comportamiento. Pegarle a los niños o niñas no es la forma más efectiva para aconductar al niño.
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