Uno de sus hijos fue a visitarla para recibir un abrazo y un beso en el día de su cumpleaños; sin embargo, se encontró con una cruda experiencia en ese día especial.

Su madre, Francisca Córdoba de Banderas, de 79 años, había muerto y su cuerpo ya estaba putrefacto.

Esta lamentable vivencia se registró ayer en Calle Tercera de Alcalde Díaz. Su hijo, quien pidió reserva de su nombre, llegó a la residencia de su madre al mediodía de ayer, luego de varios días de no saber de ella.

Éste informó que el martes le llevó algunos productos para uso de la casa, pero no la encontró, ya que a Francisca le gustaba, a pesar de su edad, salir a hacer sus diligencias personales, además de asistir a los cultos a primeras horas de la mañana.

Ese día sus vecinos la vieron salir de casa, pero no captaron su regreso; sin embargo, a altas horas de la noche escucharon un estruendo en aquella casa, la luz no estaba encendida y los perros ladraban desesperadamente. Durante la inspección previa al levantamiento del cadáver, se determinó que la anciana estaba desnuda, tirada en la sala y con posibles hematomas en su busto y cabeza. También tenía la lengua afuera. Misteriosamente, la puerta principal estaba cerrada con cadena y candado y la puerta trasera de la casa, que estaba condenada desde hace años, estaba abierta.

El director de Medicina Legal, Vicente Pachar, no descartó que sea un homicidio y se limitó a decir que las investigaciones continuarán.

PETICIONES

La occisa estaba terminando de pagar su terreno en el cementerio y pidió que su sepelio fuera oficiado en el templo Hossana.