El pasado sábado hubo una fuerza de gran magnitud que movió muchos corazones.
Y es que en Capira, en el Centro de Formación de la Parroquia San Isidro Labrador, desde las 5: 00 a.m., había madres de familia que cocinaban para desconocidos. Algunas se trasladaron desde áreas distantes, pero su intención era solo servir. Otros señores que sabían conducir, pusieron a disposición su tiempo para manejar, trasladar personal y carga. Esto por poner solo algunos ejemplos.
Durante la semana hubo otros parroquianos que llevaron sus donaciones de alimentos, a veces poco, pero lo importante era que querían colaborar.
En fin, una gran cantidad de capireños se sumaron para que la fiesta de Pentecostés fuera todo un éxito.
Esta fue parte de la hermandad que se percibió en esta actividad en la que unos 400 jóvenes de las comunidades del centro de Capira y comunidades misioneras de este distrito, se congregaron para profundizar sobre el tema: "Misión y Vocación", la cual se compartió con miembros de la Comunidad Paulina de Expansión, jóvenes del Seminario Mayor San José y Visión Panamá. Posteriormente, se realizó la Vigilia de Pentecostés en la que hasta pasada las 10:00 p.m. había jóvenes que no sabían adónde iban a dormir, pero dijeron presente en este encuentro con el deseo de aprender y llevar un mensaje de Cristo a sus comunidades.
En fin, aquellos jóvenes no solo recibieron la fuerza del Espíritu Santo sino la hospitalidad de todo un pueblo que les abrió sus puertas.