
Leo Jr. cuida tanto a su hermana que hasta se quiere “casar” con ella.
Leo Jr. cuida tanto a su hermana que hasta se quiere “casar” con ella.
Leo Jr. cuida tanto a su hermana que hasta se quiere “casar” con ella.
Isabella llegó para completar la alegría en el hogar.
Foto: Abel Rodríguez
La comunicación con Leíto es vital para su buena educación.
Jugar con su padre es su actividad favorita.
Iniciando la experiencia más grande de su vida, el compromiso de ser papá.
Leo Jr. cuida tanto a su hermana que hasta se quiere “casar” con ella.
Isabella llegó para completar la alegría en el hogar.
Foto: Abel Rodríguez
La comunicación con Leíto es vital para su buena educación.
Jugar con su padre es su actividad favorita.
Iniciando la experiencia más grande de su vida, el compromiso de ser papá.
Leo Jr. cuida tanto a su hermana que hasta se quiere “casar” con ella.
Isabella llegó para completar la alegría en el hogar.
Foto: Abel Rodríguez
La comunicación con Leíto es vital para su buena educación.
Jugar con su padre es su actividad favorita.
Iniciando la experiencia más grande de su vida, el compromiso de ser papá.
Leo Jr. cuida tanto a su hermana que hasta se quiere “casar” con ella.
Isabella llegó para completar la alegría en el hogar.
Foto: Abel Rodríguez
La comunicación con Leíto es vital para su buena educación.
Jugar con su padre es su actividad favorita.
Iniciando la experiencia más grande de su vida, el compromiso de ser papá.
Leo Jr. cuida tanto a su hermana que hasta se quiere “casar” con ella.
Isabella llegó para completar la alegría en el hogar.
Foto: Abel Rodríguez
La comunicación con Leíto es vital para su buena educación.
Jugar con su padre es su actividad favorita.
Iniciando la experiencia más grande de su vida, el compromiso de ser papá.
La aventura de Leo como padre se inició hace casi cinco años cuando se enteró de la gran noticia. “Yo acababa de comprar un carro y estaba cambiando el equipo de sonido, porque esas son las prioridades que uno tiene”. Pero luego de que su esposa le diera la buena nueva, ni probó el equipo y en menos de una hora, sus prioridades personales pasaron a un segundo plano.
“Me dije, ahora tengo que ser tres veces mejor de lo que he sido por ese niño que viene”, y seguidamente basó sus prioridades en el ser que se formaba en el vientre de su esposa María Pía Montenegro, que considera fueron la energía de su vida.
Ser Papá
La experiencia como padre para este artista es una de las mejores, pues poder ver crecer y compartir con sus dos pequeños hijos Leo Alejandro, de cuatro años, e Isabella, de meses de nacida, no se compara con nada en esta vida.
Durante la entrevista, el padre llama al pequeño Leíto y le pregunta: ¿tú eres el motor que impulsa...?, y su hijo le responde: “tu vida”, dejando claro el nivel de comunicación que existe entre ellos, ya que ambos dicen que son solo uno.
Para él, la llegada de sus hijos ha sido cada una diferente. Con Leo no hubo ningún tipo de complicaciones, en cambio con la nena el matrimonio venía de una serie de pérdidas y al saber que por fin el embarazo tendría feliz término fue grande la alegría y ni qué decir cuando se supo que sería una niña. “Todos me decían: “tú no sabes que es ser papá, hasta que tengas una niña”, y llegó la princesa que tanto anhelaba.
¡Un momento!, se detiene la entrevista. Leo toma a la niña que nos mira como los extraños que somos para ella, y no deja de mirar desconfiada; luego su padre le habla y dirige su mirada hacia él de inmediato. Su angelical rostro se ilumina de una manera que solo un padre puede entender ese lenguaje silencioso de amor filial que le brinda una hija.
Lo llama Relojito
Así le llamaba el orgulloso padre a Leíto cuando era bebé, ya que le tocó atenderlo y siempre puntualmente se levantaba a las seis, a las nueve y a las doce a pedir biberón y es una de las experiencias que recomienda que todo el que tenga la oportunidad de hacerlo lo haga, así nadie te podrá echar cuento de qué es cuidar a un niño. “No se sabe qué es ser papá de lleno, si no lo haces, estás ahí y sin ayuda. Es una experiencia que no te la quita nadie”.
Jugar con su hijo y cuidar de Isabella son dos cosas que disfruta al máximo Leo, pues siente que, sea como sea, es a quien más hay que proteger e igual trata de educar a los dos, para que el día de mañana sean personas de bien.
Durante este trayecto de educación y cuidado trata de gozar cada día que Dios les regala junto a ellos, porque para él puede haber tenido el día más malo, pero al llegar a casa y ver en el rostro de sus hijos una sonrisa, le cambia el día totalmente. ¡Hermoso!