
“Ser papá es una lección que nos da Dios, sobre cómo amar a otra persona más que a uno mismo”, Enrique Pareja. Fotos: Jenny Acosta.
“Ser papá es una lección que nos da Dios, sobre cómo amar a otra persona más que a uno mismo”, Enrique Pareja. Fotos: Jenny Acosta.
“Ser papá es una lección que nos da Dios, sobre cómo amar a otra persona más que a uno mismo”, Enrique Pareja. Fotos: Jenny Acosta.
A Enrique le apasiona dibujar con su hijo.
El pequeño Enzo es coqueto.
“Ser papá es una lección que nos da Dios, sobre cómo amar a otra persona más que a uno mismo”, Enrique Pareja. Fotos: Jenny Acosta.
A Enrique le apasiona dibujar con su hijo.
El pequeño Enzo es coqueto.
“Ser papá es una lección que nos da Dios, sobre cómo amar a otra persona más que a uno mismo”, Enrique Pareja. Fotos: Jenny Acosta.
A Enrique le apasiona dibujar con su hijo.
El pequeño Enzo es coqueto.
“Ser papá es una lección que nos da Dios, sobre cómo amar a otra persona más que a uno mismo”, Enrique Pareja. Fotos: Jenny Acosta.
A Enrique le apasiona dibujar con su hijo.
El pequeño Enzo es coqueto.
“Ser papá es una lección que nos da Dios, sobre cómo amar a otra persona más que a uno mismo”, Enrique Pareja. Fotos: Jenny Acosta.
A Enrique le apasiona dibujar con su hijo.
El pequeño Enzo es coqueto.
Mientras se realizaba la entrevista, su pequeño Enzo no dejaba de correr de un lado a otro, en ocasiones interrumpía el diálogo con sus travesuras, pero era lógico, invadimos su espacio y su tiempo. Cosas de niños.
“Mi hijo me ha hecho madurar, tanto que hace unos días compré un apartamento para irme a vivir con mi familia, no lo pensé dos veces, yo ya tenía años de vivir alquilado y ya era hora de que tuviera algo propio y, sobre todo, un patrimonio para dejárselo a Enzo Paolo. Tanto a mí y a la mamá nos ha cambiado la vida para bien”, manifestó Pareja orgullosamente.
Su mayor tesoro
“La verdad me siento muy orgulloso de mi hijo, cuando salgo con él, las personas se asombran por la manera de comportarse en áreas públicas; a sus cuatro años ya sabe contar los números del 1 al 20. Además de esto, se sabe los colores, y te cuento algo, sabe dibujar. Te enseño un dibujo de él”.
Un artista
Enzo aprovechó y hasta hizo un dibujo de su papito. “Ese es mi papito, está guapo, ¿verdad?”, nos preguntó el pequeñín.
Al escuchar eso por parte de su hijo, a Enrique se le humedecieron repentinamente sus ojos y no por el calor, sino por la emoción de haber escuchado eso de boca del pequeño.
“Te dije que amo mucho a Enzo, ha sido una bendición para mí, no sabes las veces que ese niño me ha hecho llorar, pero de emoción”, siguió contando.
Enrique nos dejó una gran reflexión: “Ser padre no solo es el que cría, sino el que comparte grandes y gratos momentos. ¡Qué bueno!