Había una vez, un cortador de piedra que no estaba satisfecho consigo mismo y con su posición en la vida.

Un día pasó por la casa de un rico mercader. A través del portón abierto, vio muchas riquezas y visitas importantes. "¡Qué poderoso debe ser ese mercader!", pensó. Se puso muy envidioso y deseó poder ser como el mercader. Se transformó en mercader, disfrutando más lujos de los que jamás pudo imaginar, pero era envidiado y detestado por aquellos con menor riqueza que él.

Lo mismo pasó con un alto oficial que pasó llevado en andas en un trono, pero un caluroso día de verano, el oficial se sentía muy incómodo en el trono.

Miró al sol en lo alto y quiso ser el sol. Se transformó en el sol, pero una enorme nube negra se movió entre él y la tierra, y su luz no pudo brillar. Quiso ser una nube y lo logró.

Pero pronto era alejada por la fuerza poderosa del viento. Luego quiso ser el viento y voló techos, sacó árboles de raíz y creó pánico entre la gente, por lo que era temido y odiado por todos.

Sólo no pudo mover una enorme roca. "¡Qué poderosa es esa roca!", pensó. "¡Quisiera ser una roca!".

Entonces se convirtió en una piedra, más poderosa que cualquier otra cosa en el mundo. Pero cuando estaba allí, escuchó el sonido de un martillo golpeando un cincel sobre la dura superficie, y sintió que lo estaban cambiando. "¿Qué puede ser más poderoso que la roca?", pensó.

Miró y vio delante de sí la figura del cortador de piedra.