Ni la lluvia pudo opacar aquella luz de alegría que nació ayer en el Complejo Deportivo ETESA, en la Tumba Muerto, donde los niños de la Escuela de Formación de Futbolistas Bagoso, celebraron por todo lo alto el Día del Padre.

El terreno de juego estaba, completamente, encharcado. Sin embargo, en cada esquina de la cancha, hijos y padres estaban emocionados, pero por separado, porque preparaban las alineaciones y estrategias de juego. Parecía como si se fuera a disputar la mismísima Copa de la FIFA, en el partido final del Mundial de Alemania.

En las gradas, otros niños y algunas madres también preparaban sus gargantas, con el fin de gritar a todo pulmón cada vez que el balón perforara las redes. La gran incógnita era saber a quién iban a apoyar.

De repente, el silbato inicial. Inmediatamente, la lluvia desapareció y 22 jugadores comenzaron a correr detrás de un balón... unos más viejos que otros, con canas, sin cabellos... en fin, era un partido histórico, único en su clase, que iba a quedar marcado para siempre en el corazón de cada uno de los presentes.

"TAQUITOS" Y FALTA DE AIRE

Se jugaban apenas 15 minutos, cuando se comenzó a notar una cierta superioridad en el terreno. Algunos padres ya caminaban... el terreno pesado y la falta de condiciones físicas se convertían en sus principales enemigos. Unos miraban a la banca, en busca de cambios o con la intención de descubrir si había algún tanque de oxígeno que los ayudara a reponer energías.

Jugadas de taquitos, de triangulación y hasta la misma "bicicleta", al mejor estilo de Ronaldinho, no faltaban, pero por parte de los más pequeños.

¡Gooooool!, gritaron en las gradas. Todo era felicidad en aquellas madres que veían cómo padres e hijos compartían con amor, todos unidos por un balón.

Al final, el resultado fue lo de menos, porque ambos equipos se abrazaron y gritaron con todas sus fuerzas: ¡Feliz Día del Padre para todo Panamá!

LEMA DE AMOR

"Soy atleta para Cristo", es el lema de la escuela de fútbol el Bagoso.