Aparenta más edad, por la vida dura que lleva. Ricardo Enríquez es un padre joven de 30 años, que por la escasez de un empleo adecuado para mantener a su familia, visita muchas residencias para limpiar terrenos.
Para este padre, la vida es un poco complicada, pues no tiene casa propia, vive en una casita de zinc prestada en Ciénega Vieja de Antón. Allí, habita con sus cuatro hijos y su esposa.
No cuenta con recursos económicos y son pocas las veces que logra una cena adecuada para su familia.
Ricardo, además de limpiar lotes, vende algunos productos, como guineo chino, los que carga de tan lejos para vender en unos 50 centavos, porque sus hijos cada vez que él llega le piden algo de comer.
No tiene un trabajo adecuado para mantener a su familia; dos de sus hijos van a la escuela con ayuda del Alcalde de Antón, ya que a las edades de 10 y 8 años, cursan el primer grado.
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