En un profundo silencio se encuentra la comunidad de El Nanzal de Las Minas, ante la ausencia de tres de sus hijos, y sólo queda la incertidumbre de lo que realmente pasó con la chicha de maíz, en la "Peonada de Puerto Rico".
Siguiendo la tradición de este pueblo, siete hombres del lugar salieron a "pagar el peón" a don Raúl Rodríguez, en la finca conocida como "Puerto Rico", sin imaginar que ese día sería la última vez que trabajarían en el campo.
La saloma que anunciaba el inicio de la peonada, la chicha que compartieron para refrescarse del sol y la satisfacción por el deber cumplido, se convirtieron en una triste historia, cuando varios de los peones (trabajadores) comenzaron a sentir el malestar que llevó a tres de ellos a la muerte.
LO QUE NADIE ENTIENDE
"Mi mujer y yo preparamos la chicha para atender a la gente, y no sabemos qué pasó" dijo Rodríguez, visiblemente preocupado, por lo que sucedió el pasado 30 de mayo, durante la peonada donde varios vecinos le ayudaron a limpiar el arroz, sembrado para el sustento familiar.
Después de unas horas de haber tomado esta popular bebida, los trabajadores comenzaron a sentir dolor de barriga, de espalda, vómito, debilidad y la sensación de que algo los quemaba por dentro.
Los más afectados fueron fueron Marcos Garrido, de 35 años, Celestino González, de 42, y Fermín Vega, de 25, quienes murieron luego de que bebieron confiados la tradicional chicha de maíz, sin tener idea de lo que les iba a suceder. Otros ocho afectados, se mantuvieron en observación en el hospital Cecilio Castillero de Chitré. Otras personas tomaron y no les sucedió nada.
Rodríguez relató que el maíz para la chicha se colocó en un saco donde se puso a "nacer" echándole agua, durante ocho días antes de ponerlo a cocinar, porque querían tener todo listo para la peonada, y después de cocinarlo, su mujer aguó la chicha y le puso la miel, el mismo jueves (30 de mayo) que iban para el monte.
Aseguró que la chicha tenía los ingredientes de siempre, y la llevaron al campo en dos galones que desde hace cuatro años utilizan para esta función, y cuando el sol se calentó, los peones comenzaron a tomarla hasta terminarse el primer tanque, sin manifestar ningún malestar.
Tal como se acostumbra, él dejó uno de los galones en la orilla del camino, bajo un palo de mango, para tener para el regreso. Después de comer al mediodía el arroz con frijoles que les llevó su esposa, los trabajadores sacaron aguacates para acompañar el almuerzo y se dispusieron a terminar la tarea para regresar temprano.
LO QUEMO POR DENTRO
Cuando Celestino llegó a la casa de Marcos conmovido por la noticia de su muerte, en pésimas condiciones de salud, dijo que sentía que algo lo estaba quemando por dentro y la gente comenzó a darse cuenta de que algo estaba sucediendo, porque otros de los que habían estado en la peonada también manifestaron padecimientos.
"Desde ese día en El Nanzal no se escucha radio", porque después de los funerales, el pueblo está de luto, dijeron los lugareños que están en espera de una explicación por parte de las autoridades, que investigan este hecho que cobró la vida de tres personas.
Hasta el momento, las autoridades no tienen una respuesta clara de lo que le causó la muerte a estas personas y la tradicional chicha de maíz nacido es mirada con mucho temor por una parte de la población, mientras la siguen preparando, porque lo que pasó en esa peonada no tiene por qué repetirse.
ATENCION
Fermín Vega, Celestino González y José Almaza fueron trasladados de emergencia al hospital Santo Tomás y al Complejo Metropolitano de la Caja de Seguro Social, porque estaban delicados de salud. Días más tarde, Vega y González murieron, los que estaban en el hospital de Chitré fueron dados de alta.
LA PEONADA INTERIORANA
Las peonadas son parte del diario vivir en los campos del interior. Se define como la reunión de "peones" que participan en una faena de trabajo para la siembra o cosecha de productos y el consumo familiar de quien la organiza.
Raúl Rodríguez tiene 15 años de dedicarse al trabajo en el campo, y explicó que las peonadas son una forma de ayudarse unos a otros. El dueño de un siembro invita a la peonada y queda en deuda con los peones y, cuando éstos lo necesitan, él va a "pagar el peón", como se conoce a este intercambio.
En la comunidad de El Nanzal, las peonadas son más comunes, se hacen en mayo y junio cuando se da la siembra de arroz y los campesinos se disponen a limpiarlo. Esto requiere una mayor cantidad de peones.
Las peonadas son diferentes a las "juntas", éstas se convocan para la construcción de casas de barro o para las cosechas.
NUNCA OLVIDO SU PUEBLO
Marcos Garrido salió de El Nanzal a la capital hace varios años, en busca de mejores oportunidades de trabajo, pero nunca olvidó los días de su infancia en el pueblo y aprovechaba cualquier oportunidad para visitarlo.
Según su hermano Celestino, Marcos esperaba ansioso las vacaciones para irse a El Nanzal y encontrarse con la familia y los amigos. Añoraba la tranquilidad de su tierra.
Marcos tenía más de diez días en el pueblo y estaba entusiasmado con la idea de volver a participar en una peonada familiar, pero eso nunca más pasará.
UN JOVEN TRABAJADOR
La juventud de Fermín Vega y su espíritu de colaboración es lo que más recuerda su madre Lorenza, quien está muy dolida por la extraña muerte de su hijo.
"Recuerdo que el día de la peonada él salió contento y cantando de aquí. Nunca imaginé que sería la última vez que lo vería así, porque después presentó los síntomas que lo llevaron a la muerte", acotó.
Él quería formar su familia con una joven del pueblo; la chicha de maíz le arrebató la vida. A esta madre le gustaría saber qué contenía la chicha que tomaron.
CUMPLIRAN SU SUEñO
Un gran vacío dejó Celestino González en la comunidad de El Nanzal y pueblos aledaños, donde era conocido como el poeta que animaba las fiestas con las décimas de su propia composición.
Todos lo recuerdan como un hombre alegre, luchador y entusiasta, que ponía vida en las celebraciones.
También lo extrañará su familia, sobre todo los sobrinos Mileydis y Abelino, a quienes estaba criando. "Nosotros estábamos construyendo la casita de nuestros sueños". En los últimos meses, trabajaron duro para terminar la cocina de la casa.
Cuando su tío presentó los síntomas, ellos lo bajaron hasta el centro del pueblo; él murió días después de estar hospitalizado y no pudieron terminar juntos la casa.
LA RUTA HACIA EL NANZAL
Para llegar a este pintoresco pueblo, ubicado en las tierras altas de la provincia de Herrera, el recorrido se inicia en Las Minas cabecera, cerca del parque central donde se encuentran los carros a doble tracción habilitados para prestar el servicio en las comunidades de difícil acceso.
La ruta para El Nanzal sólo hace cuatro viajes diarios: a las 6:00 a.m., 12:30 p.m., 1:00 p.m. y, a las 4:00 p.m., sale el último del pueblo hacia Las Minas.
El sube y baja del carro, la incomodidad del vagón con bancas para sentarse y las sogas que sirven para agarrarse cuando las empinadas lomas obligan a tomar impulso, no son para nada compatibles con el hermoso paisaje que cubre este pueblo interiorano.
Si se dispone a realizar un viaje hacia El Nanzal u otros poblados de las tierras altas, debe apurarse; de lo contrario, le tocará pedir posada para poder salir al día siguiente.
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