Sería injusto no reconocerle a Corporación Medcom el adquirir los derechos para Panamá de tres show internacionales como lo son Deal Or No Deal, ¿Quién quiere ser Millonario? y La Rueda de la Fortuna.
Los tres son shows que se pueden ver en familia y por los que esta corporación invirtió mucho y está apostando más al pautarlos en una franja horaria tan difícil y competitiva como lo es el prime time. Como sabemos, hicieron un cambio radical en su horario de programación y abrieron un espacio "relativamente sano", lea bien, sano, no bueno, cosa que TVN no se atrevió. Hasta ahí, todo bien.
En el caso específico de La Rueda de Fortuna, que es un show que tiene mucha recordación en nuestro país porque fue una de las producciones estelares de Telemetro en sus inicios (Oscar de la Fortuna) y de donde salieron 'caras' como María Elena Berberián, Juan Carlos Barreiro, José Escobar y Luis Eduardo Quirós, algo raro está pasando porque esta rueda no está rodando bien.
Y es que no se regresa a televisión un show si no es para hacerlo mejor que el que ya se tenía, con gente que haga olvidar a los anteriores y evitar desagradables comparaciones. Reconozco que su producción gráfica es extraordinaria y muy fina, pero el proyecto como show, no. Su presentador no transmite ni ganas de girar la ruleta con fuerza.
Rasiel Rodríguez, aquí, es terriblemente aburrido. No transmite emoción. Quiere decir chistes que ni siquiera en 100% Pretty le hubiesen permitido y su actitud en pantalla está enfocada a una generación que no es la que lo está sintonizando ni la que está asistiendo como participante, lo que hace que parezca un 'chiquillito' conduciendo un show que le queda grande.
Está dedicado a querer venderse como el 'papacito', el 'pretty' que recorre bares, dejando a un lado su real papel ahí: animar a los participantes, a la barra y muy en especial, transmitir emoción y diversión a la audiencia.
En el caso de Nadege Herrera, ella está haciendo extraordinariamente bien su papel de "exhibirse como foca de circo". Ni siquiera para revelarnos las letras acertadas transmite ser algo más que un maniquí. Inclusive, su evidente belleza y el talento, que sé que tiene, es imperceptible en todo el show porque ella está de adorno. Se ve fría y frívola. Ahora entiendo bien la promoción de expectativa y lanzamiento donde hacía papel de secretaria 'toma notas' a Rassiel.
La Rueda de la Fortuna tiene gravísimos problemas de enfoque, de comunicación corporal y transmisión de emociones de sus talentos principales, de producción visual y técnica, de casting de los participantes, de nicho y de estrategia. Cuánto más va a rodar esa rueda, no lo sé. Lo cierto es que a dos semanas de su estreno, me quedo con 'El Oscar de la Fortuna' porque si así es la suerte, pobre de nosotros... ¡y de ellos!
