Los adolescentes muchas veces para sugestionar a sus padres amenazan con irse de la casa; pero es importante saber identificar cuándo hay que tomarlas en serio, pues varias tragedias involucran a chicos que han agredido o matado a personas después de haberlas amenazado.
Si observa los siguientes comportamientos en su hijo, debe estar alerta:
Comportamiento violento o agresivo, como arrebatos de cólera incontrolables. Intento de suicidio o amenazas de suicidio. Incapacidad para aceptar responsabilidades de sus propios actos. Experiencia reciente de humillación, vergüenza, pérdida o rechazo. Forzar o intimidar a los padres o a niños menores. Ser testigo de abusos o violencia en el hogar. Uso de alcohol o de drogas. Problemas de disciplina en la escuela. Crueldad con los animales.
Cuando un joven hace una amenaza seria, nunca se debe tomar a broma.
Los padres, maestros y otros adultos deben hablar inmediatamente con él. Si se determina que está en peligro y además se niega a hablar, es importante que un profesional de la salud mental le haga una evaluación completa.
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