Sus ojos irradiaban alegría y su corazones palpitaban henchidos de emoción. La circunstancia que los rodeaba no era para menos.
Pocas horas faltaban para que los panameños celebraran el Día del Padre, y allí estaban ellos festejando en la cancha del Maracaná tan importante fecha.
Padre, hijo y nieto estaban con vida, juntos y haciendo lo que más les gusta: ver y jugar fútbol.
Era la Dinastía Medina. El más viejito de los tres, Julio Medina II, jugaba con su equipo El Chorrillo, y tanto hijo como nieto lo miraban orgullosos desde la gradería.
Como buen futbolista, pero sobre todo buen padre y abuelo, supo agradecer de la mejor forma, anotando el primer y único gol para su equipo y dando el ejemplo a sus descendientes.
Sobre todo al "Puchitín", Julio Medina IV, ese pequeño de tan sólo cinco años que apenas comienza a dar sus pininos en este deporte, que es motivo de inspiración e hijo de esa gran figura del seleccionado nacional Julio Medina III, ese hombre #10, responsable de crear, de armar jugadas y de guiar al equipo cuando no se encuentra.
HIJO Y PADRE ORGULLOSO
Como buen hijo, "Puchito" se mostró contento de tener la dicha de ver a su padre jugar, pues no todos tienen esa oportunidad.
Al mismo tiempo, dejó entrever su regocijo por la bendición de ser padre y poder inculcarle a su primogénito cosas buenas, entre ellas el arte de practicar fútbol.
NOSTALGIA EN LA DISTANCIA
Para el habilidoso seleccionado nacional, su vida como futbolista también ha representado grandes sacrificios, pues tener que alejarse de su familia por cumplir compromisos con el fútbol no es cosa fácil, y no cualquiera puede asimilar.
Pensar en la familia, en los pequeños y reencontrarse con el vacío de la soledad produce mucha nostalgia, pero a su vez inspira a seguir adelante y a no claudicar.
Y es precisamente por sus dos hijitos, Julay Kari y Julio Medina IV, que este padre, oriundo del barrio El Chorrillo, mantendrá su lucha, esta vez desde las canchas de Guatemala, donde ahora jugará fútbol.
Él piensa en el futuro de sus hijos y sabe que jugando fútbol puede brindarles la educación que merecen y que los hará hombres de bien.
MENSAJE
Tener padre es una bendición hermosa, y poder serlo un regalo indescriptible.
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