José Mojica se desempeña como agente de seguridad privada desde hace más de cinco años, una actividad bastante arriesgada en estos tiempos. Con este trabajo, se ha ganado el respeto y cariño, no sólo de su familia, sino también de quienes han tenido la oportunidad de conocerlo.
Sabe que tiene un trabajo muy peligroso, pero cada vez que entra o sale de turno, lo primero que hace es encomendarse a Dios para que lo proteja y que nunca se vea involucrado en las garras de la delincuencia. Igualmente, le pide al Creador no ser víctima ni ser victimario, en caso de que tenga usar su arma de reglamento.
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