Durante los años en los que la guerra y la intolerancia consumían Afganistán, un hombre se preocupó por guardar libros que algún día contarían la magnífica historia y cultura de su país.
Shah Muhammad Raís, llamado "El librero de Kabul", situó su negocio en el centro de Kabul y fue encarcelado dos veces por los talibán al defender el hábito de la lectura.
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