Un nudo en la garganta se le hace al señor Rodrigo Alexis Quintero, quien hace cuatro años, junto a sus dos hijos, tuvo que enfrentar la parte más difícil de sus vidas: la muerte de Sabina González, su esposa.

Sentado en el portal de su casa, don Rodrigo no puede contener el llanto, pues han sido los años más difíciles de su vida.

"Le debo mucho a Dios", pues Él le ha dado la fortaleza para llevar a cabo la tarea de criar a sus hijos adolescentes.

Rodrigo, de 17 años, cursa el sexto año de secundaria, mientras que Alexandra ya tiene 15 años.

Hablar de ella conmociona aún más a don Rodrigo, pues debido a las circunstancias, la jovencita tuvo que ser enviada a la provincia de Chiriquí a casa de sus abuelos, quienes junto a sus tías están pendientes de su educación, ya que en la ciudad no podría contar con la atención que requiere, pues su padre trabaja fuertemente como operador de equipo pesado en la provincia de Colón para mantenerlos.

Las jornadas de trabajo del señor Rodrigo son exhaustivas, trabaja en la noche y prácticamente llega a casa a dormir; sin embargo, siempre está pendiente aunque sea por vía telefónica de sus hijos.

"Fue muy desesperante, yo no sabía cómo educarlos, hemos sufrido un giro de 180 grados, porque no esperamos que esto sucediera, pero poco a poco estamos echando para adelante", dijo mientras recibía un abrazo de su hijo.

Y es que, precisamente son ellos el motor para seguir adelante, a pesar de no contar físicamente con Sabina, quien les enseñó el amor de familia y de superación.