Las tuberías son las encargadas de detener los malos olores que suben desde los desagües. Para limpiarlas, quite el tapón de limpieza, situado en una de sus curvas, y saque los restos acumulados. Una vez al mes limpie las tuberías que se encuentran accesibles. Evitará la acumulación de residuos, su descomposición y, consecuentemente, los olores desagradables. No eche lejía ni otros productos químicos para intentar eliminar los malos olores.
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