Siete obreros que trabajaban en la ampliación de un edificio en El Coco de La Chorrera, cerraron el gimnasio para protestar porque fueron despedidos injustificadamente.
Los trabajadores no permitieron el acceso a los demás empleados, como medida de presión para que el propietario del proyecto les pagara sus honorarios.
Señalaron que la persona que los contrató y que es de origen asiático, les regaló unos hierros y ahora los está acusando de ladrones, lo que calificaron como una patraña para no pagarles lo que por ley.
Se trató de conocer la versión del dueño del proyecto, pero no quiso opinar.