Sentados en un banquillo, contaron a DIAaDIA sus necesidades más apremiantes. (Foto: JESÚS EDUARDO SIMMONS - ENVIADO ESPECIAL / EPASA)
Jesús Simmons
| Chiriquí, DIAaDIA
Lágrimas de desesperanza. Esas son las que ha derramado Darío Araúz Quintero al ver la situación tan precaria en que se encuentra su hermano, Faustino Villarreal Quintero, quien está enfermo y postrado en una silla de ruedas, pues fue atropellado por un carro hace más de 30 años.
En una humilde casa de la comunidad de San Isidro, a cinco minutos de la frontera de Panamá con Costa Rica, vive esta humilde familia que lo único de valor que posee es la esperanza de que a sus vidas llegue el programa Red de Oportunidades.
Un pequeño vistazo de DIADIA en la residencia dejó entrever las carencias y calamidades que pasan estos panameños todos los días, solo con la intención de llevarse algo de comida a la boca.
De lo vacía que está la casa, parece una pista de baile, pero al pasar a los cuartos la situación se pone color de hormiga, ya que solo se observan colchones viejos, a los que ya se les ven los resortes. Sin embargo, ese es el aposento donde la pareja de campesinos descansa por las noches.
Lo peor de todo es que los Quintero se han cansado de llevar firmas a varias instituciones del Estado, incluso, al programa Red de Oportunidades, pero no han tocado a su puerta.
Ellos no piden mucho, pues solo quieren una pequeña ayuda para su anciana madre Clementina Quintero y para su hermano, que por cosas del destino quedó postrado de por vida en una silla de ruedas.