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La violencia les ha dejado marcas
Ahora es feliz corriendo por las playas de uno de los pueblos del Darién. (Foto: ODALIS OROZCO /EPASA)

Odalis Orozco | DIAaDIA

Miedo, violencia y sufrimiento. Todas son historias parecidas, aunque cada una de las personas solicitantes de refugio que relatan a DIAaDIA cómo llegaron a Panamá, vivían en poblados diferentes de Colombia. Todos huyeron por temor a morir en manos de los grupos armados de Colombia, ya sea la guerrilla, las FARC y otros más que tienen aterrados a los pobladores del área chocó.

En medio de su costura, una niña de 13 años de edad, Maribel, que la llamaremos así por motivos de seguridad, da a conocer la odisea por la que pasó para salir de un pequeño poblado en Colombia, lugar donde los enfrentamientos armados mantienen asustados a sus habitantes.

MIEDO A SER SECUESTRADAS

Hace dos años llegó con su abuela y sus cuatro hermanos y primitos. Ella manifiesta que no dormía por el sobresalto que vivía cada vez que llegaban los hombres de las guerrillas o las FARC, se tenían que esconder porque los golpeaban. "Yo lloraba y lloraba, me asustaba mucho y mis hermanas y primas también", dice la niña de rostro sereno, que de repente se entristece.

"Ellos se llevan a las niñas para violarlas, muchos las hacen sus novias o las enseñan a estar en su grupo" sentenció Maribel. "Vi cómo se llevaban a mis primas y amigas, unas regresaron, otras no". Continuó su relato, "ahora duermo bien, -dijo la niña que esta vez sonríe- corro por las playas, vendo mis artesanías con mi abuela".

Su mamá se quedó con dos hermanos más pequeños. Ya no había más dinero, vinieron los que pudieron con el dinero recogido.

Maribel llegó por mar con su familia, tuvieron primero que llegar hasta las costas del Pacífico del lado de Juradó donde hay quienes los trasladan a estas áreas panameñas.

Explicó que cuando llegan los hombres armados, separan a las familias, los hombres de un lado y las mujeres y niños de otro. "Y luego preguntan cosas que no sabemos", aseguró la pequeña, y añadió que hay que guardar silencio.

NO DUERME, SU HIJO ESTA EN PELIGRO

Clementina Sánchez nació en Colombia y lleva más de 30 años de vivir en Panamá, tiene nueve hijos, ocho varones y una niña, tres de ellos son panameños. Su vida la ha hecho en Puerto Piña. Relata que uno de sus hijos, de nacionalidad colombiana, se fue de regreso al país, y ahora del pueblo donde está viviendo, tuvo que salir solo con lo que tenía puesto, porque llegaron los grupos armados. Él quiere regresar a Panamá, pero no se ha podido venir, porque no cuenta con el dinero. Ahora ella no sabe dónde está él, ya que es quien hace contacto con ella cuando puede.

FAMILIAS ENTERAS SE TRASLADAN

La familia Zagubi llegó en 1998 del pueblo de La Loma, en Colombia, donde vivían con miedo.

El abuelo, Alonso Zagubi, dijo que tenía un primo que vivía en las costas del Pacífico panameño, se vino a pedirle que lo ayudara a traer a su familia y le cediera lugar en su casa. Su primo accedió a otorgarle un espacio en su casa. De regreso a Colombia, dio la buena nueva a la familia, pero demoró cinco meses en regresar a Panamá con su familia, porque tenían que recoger el dinero para el transporte. Provienen de los poblados de río Sucio, de allí se trasladaron hasta Bahía Solano, luego Juradó y de allí a Jaqué.

Relata Josefina, la nieta, que un hombre moreno que viaja a cada rato a Panamá los trajo. Agregó que se enteraron de que hace poco las FARC mató al marido de la prima, asegurando que estos creían que él estaba con la guerrilla.

Otro de los problemas es cuando se dan los enfrentamientos entre las guerrillas, las FARC y otros grupos armados, quedan las personas de los poblados en medio de los disparos y no les importa quién salga herido, según explicó Martha "al que encuentran en su camino lo matan. A las mujeres también las violan, no les importa que muchas son niñas pequeñitas, da miedo", dijo.

Fulgencio manifestó que cuando llega cualquiera de los dos grupos, no hay que decir nada, porque de alguna manera se enteran de quién habló y lo vienen a buscar para matarlo.

Dijo que un ejemplo de la violencia que se vive es que obligan a las personas a llevar mandados de compra de mercancía o comidas. Sentenció que eso a sus paisanos los hace sentir mal, porque ellos son hombres armados y peligrosos, no saben qué hacer, lo último que les queda es obedecer para que no les hagan daño a la familia y a los niños.

Al final, todos coincidieron en que se sienten tranquilos y seguros en los poblados panameños, lejos de la violencia, donde hay oportunidad para que sus hijos estudien y crezcan sanos.

Ángelo Meche es otro refugiado que llegó del municipio de Nuquí. Él huyó con su familia porque llegaban a cada rato los de la guerrilla, se puso tan crítica la situación que tuvieron que salir huyendo. Él ha solicitado refugio a la Oficina Nacional para la Atención del Refugiado (ONPAR), pero se lo han negado a él y a sus hijos. Arreglar los papeles es muy costoso. Espera arreglar su situación, a través del Servicio de Jesuita a Refugiados se les está brindado apoyo a él y a otras familias de igual situación, que esperan se les regule.

Ellos, salieron y tuvieron suerte, pero no así, los que quedaron atrás el día 16 de abril, cuando miembros del grupo guerrillero del frente 57 de la FARC llegaron y se instalaron a pocos metros de las viviendas de las comunidades negras de Las Pavas y luego pasaron por la comunidad indígena de Quiparadó, La Loma, donde se dieron enfrentamientos entre estos grupos y la Fuerza Pública hubo varios muertos y heridos civiles, según un comunicado de la Asociación de Cabildos Indígenas del Chocó OREWA.

En este intercambio de balas fallecieron también seis guerrilleros, entre ellos, alias "Gloria" tercera al mando del Frente 57 de las FARC, sindicada de participar en la masacre de Bojayá (Chocó) el 2 de mayo de 2002.

Los que habitan en el área panameña se mantienen informados de lo que ocurre en sus comunidades a través de las emisoras colombianas.

Para los refugiados procedentes de Colombia, llegar a los poblados de Puerto Piña o Jaqué significa vivir seguros y con sueños plácidos. Esto no les ocurría en su patria.

*Los nombres de los personajes fueron cambiados por su seguridad.





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