El uniforme y la edad ya no son un impedimento para que niñas de 13 años en adelante, se dediquen a ser explotadas sexualmente en Coclé.
Jovencitas llevan su vestuario de trabajo debajo del uniforme, se escapan del colegio y salen a vender su cuerpo. Esta situación en Coclé va más allá de los sectores urbanos.
La preocupación de la Iglesia crece, porque se trata también de niñas campesinas del norte del distrito de Penonomé, las que por necesidad e inocencia se dejan engañar y venden su cuerpo por unos cuantos dólares.
Mariela Calderón, religiosa y directora del Colegio Carmen Conte Lombardo de Churuquita Grande, está alarmada y preocupada porque no se pueden cerrar los ojos frente a este problema que se está dando en Coclé y que tiene mucho tiempo.
Para ella, lo más preocupante es que son los padres quienes venden a sus hijas por unos dólares y, si ellos no las protegen, quién lo hará.
Autoridades provinciales y el Ministerio Público establecieron un equipo de trabajo que pueda realizar una investigación profunda, y llegar a conocer quiénes son los que están involucrados en esta red de explotación de menores.
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